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La Revolución Industrial


Inglaterra es la cuna de la revolución industrial; es el primer país donde se da y el lugar donde más se desarrolla, en el siglo XIX. Para Inglaterra la revolución industrial significa un momento de crecimiento económico y de aumento de la productividad.


El decenio decisivo es el de 1780 en el que hay un crecimiento sostenido y sin marcha atrás. En sentido estricto este es el momento de la revolución industrial. Este crecimiento no se detendrá hasta la década de 1850.

Durante el periodo de la revolución industrial se difunden las nuevas tecnologías, tanto en el sistema productivo como en los transportes. Se racionaliza la producción manufacturera. Se hacen importantes progresos en la producción agrícola, y en la extensión de la red comercial, mejorando las infraestructuras. Y, también, se hacen avances en el desarrollo del sector financiero.







Una de las condiciones para el desarrollo de la revolución industrial es el crecimiento del mercado, ya que debe existir un mercado que consuma los productos industriales. Este aumento del mercado se debe, por un lado, al incremento de las necesidades, y por otro, al desarrollo de la población. La población está permanentemente aumentando desde la década de 1780; en el proceso que se conoce como transición demográfica. Gracias a este incremento de la población aumenta el mercado interior, que será la base del impulso de la revolución industrial.

Además de aumentar el mercado, el crecimiento de la población supone la creación de una fuerza de trabajo barata, debido a su abundancia, aunque no es esta la causa del paro.

El comienzo de la transición demográfica es posible gracias al progreso coyuntural de las condiciones de vida de la población. Se mejora la alimentación gracias a los nuevos alimentos venidos de América, como la patata, el tomate y el maíz. Además, a esta mejoría de la alimentación se suma al sostenimiento de la tasa de natalidad, y como la mortalidad disminuye, debido al fin de las crisis de alimentación, a los avances médicos y al descenso de la morbilidad de las enfermedades contagiosas y las epidemias catastróficas, la población aumenta. Por otro lado, la fecundidad se adelanta, ya que los hombres y las mujeres no están sujetos a los ciclos de producción campesina y pueden casarse antes, al asegurarse los ingresos gracias al trabajo en la fábrica. Cambia el modelo de matrimonio europeo. Este aumento de la población supone su rejuvenecimiento.

El comercio recibe el impulso de la demanda exterior, que aún tiene una economía feudal y esclavista. Desde la firma de Tratado de Utrecht en 1713, se caen los privilegios proteccionistas del comercio de España con América. Esto supone una competencia de productos industriales ingleses con los autóctonos. Los productos industriales son mucho más baratos y de una calidad, aunque menor, suficientemente buena como para desplazar la producción autóctona.

El comercio con América se intensifica, sobre todo con las trece colonias americanas, después de su independencia. Uno de los comercios más prósperos fue la trata de negros. Pero no sólo con América se intensificó el comercio, sino también con Asia, a través de la Compañía de las Indias Orientales, que terminará por ser la vanguardia del colonialismo británico en este continente.

El crecimiento del mercado, tanto exterior como, y sobre todo, interior fue el gran impulsor de la revolución industrial. Además del aumento del consumo personal, lo que de verdad relanzó la producción industrial fue el consumo de bienes de equipo para la propia industria y el transporte. La industria y el transporte es el gran mercado y el gran consumidor de los productos industriales.

Uno de los problemas para las economías de todos los países era la insuficiencia de la red de comunicaciones para el transporte de mercancías. En todos los países se hicieron grandes esfuerzos para conseguir una red rápida y segura, capaz de transportar grandes cantidades de mercancía. El medio de transporte que garantizaba tales requisitos era el barco, por lo que se había hecho, en todos los países, una amplia red de canales navegables y de aprovechamiento de ríos. En España se había construido el canal de Castilla y el canal Imperial de Aragón. En Inglaterra se había densificado la red de canales durante las décadas de 1750 y 1760, con lo que la red de comunicaciones no era muy mala, y estaban comunicadas por canales las principales ciudades de Inglaterra.

Sin embargo, era necesario crear una red más versátil, ya que la construcción de canales estaba limitada por las condiciones geográficas, y no llegaban a todas partes. Para ello se construyó la red de ferrocarriles, una vía nueva adaptada a una máquina nueva, y se complementó con la mejora de la red viaria de carreteras, ya que tampoco el ferrocarril llegó a todas partes.

El desarrollo de la minería es esencial para el progreso de la revolución industrial, ya que el carbón es el combustible de la fuente de energía que mueve las máquinas, particularmente la máquina de vapor. El carbón, sobre todo el carbón de hulla, pasa de ser consumido en el ámbito doméstico a ser utilizado en el ámbito industrial, en mayores cantidades.




Las regiones mineras se convierten en las regiones industriales por excelencia, ya que resulta más caro transportar el carbón que el hierro, por tener menos peso y por necesitarse mayores cantidades para conseguir una tonelada de acero.

El desarrollo de los sistemas financieros posibilita el triunfo de la revolución industrial, ya que pone a disposición de la burguesía los capitales necesarios para invertir y comprar una maquinaria, cuya inversión inicial es muy grande. Facilitan las posibilidades de inversión proporcionando liquidez.

Las instituciones financieras y de seguros, pasan de fomentar operaciones mercantiles a financiar operaciones industriales, mucho más seguras.

La industria textil es la primera y la que más se desarrolla, ya que los productos textiles son los que más se demandan. Esta demanda se hace masiva gracias al aumento de población, y a la desvinculación de los obreros de las tareas rurales. Además, la inversión en maquinaria para la mecanización de la producción textil es, relativamente, baja.

Acontecimientos:

-Los primeros inventos que se aplican a la industria son máquinas textiles. En 1765 John Kay inventa la Spinning Jenny, el cual montó en un solo marco ocho usos y por ende hiló ocho hilos a la vez, esto economizó trabajo en el proceso del hilado, con un sistema de hilado múltiple. En 1780 Samuel Crompton inventa la Mule Jenny, otra máquina de hilado múltiple, pero que permite fabricar hilos de diversos grosores.

-Lancashire, en las proximidades del puerto de Liverpool, la gran ciudad de la industria textil, se especializa en el comercio de algodón con América.

-La producción de textil pasa de ser doméstica a realizarse en fábricas, lo que rebaja los costes unitarios.

-Junto con la industria textil se desarrolla la industria química, que le proporciona colorantes, productos para el lavado, etc.

-Además de la producción textil, se mecaniza la extracción minera, la metalúrgica y en general todas las actividades industriales tradicionales.

-En 1704 se comienza la fundición del hierro con carbón de coque en horno alto, lo que implica el aumento de la producción de acero. El acero obtenido por este procedimiento es mucho más barato y la calidad, aunque peor, es homologable. 
 

 
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